Hola me llamo Melisa, me presente ante ti, me pareciste lindo y ni te conocía, pero pareciste perfecto para mi; yo una mujer sin hombre y vos un hombre sin mujer. Empece a conocerte mejor a saber quien eras, como te manejabas, cuales eran tus gustos y que cosas te importaban, me empezaste a caer bien y sin darme cuenta te empece a querer.
Me había ocupado tanto en saber absolutamente todo sobre vos, que se me había pasado algo, un detalle tan chico pero tan grande a la vez, que hacia que todo lo que había trabajado para conocerte, no sirviera, ya tenias dueña, y lo peor: era mi amiga. No estaban juntos y vos no tenias idea de lo que a ella le pasaba con vos; pero yo sabia que entre vos y yo no podría existir nada, aunque igual yo seguía en la mía, seguía ilucionandome mas; y termine mas enganchada de lo que yo creía. Pero tenia que separar mi sentimientos mas íntimos para poder ser tu amiga y lo hice. Nos conocimos mejor y te transformaste en la persona en la que recurría si me sentía mal y siempre me aconsejabas.
Era raro porque en si no podías ser mi amigo, porque los amigos hablando de lo que les importa y a mi me importabas vos, así que tuve que inventar a alguien mas; eras vos, te hablaba únicamente de vos pero no te dabas cuenta por un lado me hacia mal porque quería que te dieras cuenta que de la única persona que hablaba cuando estaba con vos eras VOS, y a la vez era mejor yo te hablaba vos me aconsejabas pero nunca supiste quien era. Creo que por mi parte nunca te di un indicio o tal vez si, pero no del todo. Cada vez las cosas se volvían mas complicadas, y aun siguen igual, porque yo te sigo hablando y vos aun seguís en la tuya.
