Hace días vengo pensando en cosas que me hacen falta, cosas
materiales como un departamento equipado y con una linda y moderna decoración,
un auto para poder llegar tranquila al trabajo, algo de ropa porque últimamente
no me gusta nada de lo que tengo porque más que nada veo mi placard como algo
que ya paso de moda, un celular táctil ultimo modelo porque estoy cansada del
que tengo se trabe todo el tiempo, necesito un par de zapatillas, unos zapatos
de uno de los diseñadores más caros, necesito ir a la peluquería a retocarme
los reflejos... y así todo el tiempo es un constante necesito, necesito,
necesito. Me quejo de lo que tengo... pero si en vez de esto nos ponemos a
pensar, yo principalmente, en lo que tenemos y le damos el valor que
verdaderamente se merece. Porque aunque no tenga la ropa de esta temporada,
tengo! y con eso puedo abrigarme, porque aunque no tengas unas zapatillas
hermosas tengo algo con que calzar mis pies. Esto obviamente si solo hablamos
de lo material... pero si solo cinco minutos me tomo para pensar lo afortunada
que soy de tener una familia incondicional que me apoya sin importar nada, un
grupo de amigas en las que puedo confiar tanto como en mi misma y hasta a veces
mas, compañeros que hacen que mi estadía en mi laburo sea placentera entonces ahí
me doy cuenta todo lo que tengo y no lo noto o si pero no le doy la importancia
que merece. Y así miles de cosas, cuantas veces solo pensamos en lo que
queremos tener o en lo que necesitamos y no en lo que tenemos y cuan
afortunados somos por eso.
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